Resumo:
A partir de mediados de la década de 1970 se iniciaron un conjunto de transformaciones en el modelo de acumulación capitalista global. Las consecuencias principales fueron el desmantelamiento del ‘estado de bienestar’, el advenimiento del neoliberalismo, la ‘privatización’ del Estado y la desregulación de los derechos del trabajo (Castel, 1997; Fitoussi y Rosanvallon, 1995). El tránsito a estas reformas ‘estructurales’, significó en América Latina tanto la acentuación de las desigualdades preexistentes como la emergencia de nuevas brechas políticas, económicas, sociales y culturales.
Particularmente los cambios acaecidos impactaron negativa y desigualmente en los sectores populares que se vieron más empobrecidos y expuestos a situaciones de mayor vulnerabilidad (Zapata, 1993; De La Garza Toledo y Neffa, 2010).