Resumo:
El estrés es uno de los problemas de salud más graves del siglo XX que no
sólo afecta a las personas al provocarles una incapacidad física o mental, sino
también a los empleadores y a los gobiernos, que han empezado a evaluar el
perjuicio financiero que les causa el estrés. En los EE.UU., por ejemplo, su costo
para la industria se ha calculado aproximadamente en unos 200.000 millones de
dólares anuales, debido al absentismo, la merma de la productividad, los reclamos
de indemnizaciones, los seguros de enfermedad y los gastos directos en Servicios
Médicos.
El desarrollo económico, el progreso técnico, el incremento de la
productividad y la estabilidad social, no sólo dependen de los diferentes medios de
producción de que se dispone, sino también de las condiciones de trabajo y de
vida, así como del nivel de salud y del bienestar de los trabajadores y de sus
familias.
La OIT sostiene que la reorganización del trabajo y la formación son dos de
los medios más importantes para minimizar las fuentes de estrés.
El desarrollo de una acción preventiva global no sólo tiene en cuenta los
riesgos físicos y químicos, sino también los diversos factores intra
organizacionales, inherentes a las empresas, entre los que se consideran: la
sobrecarga de trabajo, el conflicto de roles, la ambigüedad de roles, las
discrepancias con las metas de la carrera laboral y la falta de cohesión grupal, que
pueden tener una considerable influencia sobre el bienestar físico y mental de los
trabajadores.