Resumo:
Vivimos tiempos históricos de trascendencia, tanto a nivel nacional como en varios países de la región, en cuanto a ampliación de derechos y ciudadanía hacia diversos sectores. Sin embargo la realidad global de la que somos parte, va en sentido inverso. Me refiero concretamente al aumento ininterrumpido del desempleo, precarización laboral, proliferación de la informalidad y el continuo desafío de generar protección social e integración en estas condiciones estructurales. Es así como se nos presenta actualmente la nueva cuestión social de este siglo. El Estado Argentino se ha caracterizado en la última década por ser un estado inclusivo. Sus políticas públicas tienden a promover instrumentos y redes de integración y empleo, de formación y capacitación para el trabajo como así también promover transferencias económicas que garanticen derechos y acceso para las poblaciones más vulnerables.
Además, es uno de los ejes principales de este gobierno el trabajo y conquista en lo cotidiano en materia de Derechos Humanos. La Argentina es referente y precursora de la región en lo que respecta al reconocimiento de las personas con identidades sexuales diversas a través de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario y posterior a ella, la Ley de Identidad de Género. La concreción de esta ampliación en materia de derechos y ciudadanía se inscribe en el marco de lucha histórica de los Movimientos Feministas y en las dos últimas décadas del Movimiento LGTTB aquí en nuestro país.