Resumen:
El sistema de salud público tiene que estar preparado para recibir, no sólo mayor
demanda, sino para atender los perfiles patológicos del envejecimiento, con la
incorporación de especialistas en el campo de la geriatría y gerontología.
La escasez de recursos humanos, no sólo responde a la mala distribución financiera y
asistencial, sino también al lugar que la sociedad otorga a dicha población,
repercutiendo de forma directa e indirecta, sobre las prestaciones médicas y
asistenciales brindadas actualmente en instituciones geriátricas.
A partir de nuestra vivencia en el área de geriatría, hemos podido corroborar dicha
situación institucional, destacando el puesto de trabajo de los asistentes de geriatría
como un recurso escaso teniendo en cuenta la dimensión de la población geriátrica,
anteriormente descripta, aunque la presencia de los mismos en estos lugares se ajusta
en la mayoría de los casos a las reglamentaciones existentes.
El T.O forma parte del equipo de salud, desempeñándose dentro del ámbito de geriatría,
tanto en el área de prevención primaria, secundaria, terciaria como cuaternaria, y en esta última, entre sus acciones y objetivos de trabajo, participa en la planificación,
aplicación y evaluación de programas de formación laboral para el personal que se
desempeña dentro de este ámbito (mucamas, asistentes geriátricos, entre otros).
El puesto de trabajo que se pretende analizar es el de asistentes de geriatría, cuya
función consiste en la asistencia de los adultos mayores en actividades básicas
cotidianas.
Teniendo en cuenta los estudios realizados hasta el momento sobre el puesto de trabajo
del personal de enfermería y las consecuencias que hasta el presente se han observado,
nos parece importante analizar el puesto de trabajo de los asistentes geriátricos,
planteándonos el siguiente interrogante:
¿ Cuál es el nivel de riesgo prevalente del puesto de trabajo de los
asistentes geriátricos?