Resumo:
“La enfermería es una profesión peculiar por su origen, su historia, sus retos y las
representaciones que de ella tiene la sociedad, el resto de profesionales y sus propios
integrantes”. Históricamente, su imagen ha estado vinculada a lo femenino y a las
prácticas relacionadas, principalmente, con la alimentación y la atención de niños.
“La trayectoria de la profesión enfermera viene acompañada de una conducta de
dependencia a la profesión médica, donde su rol se define, en muchos casos, desde el
paradigma médico y la prescripción de órdenes. Esto le otorga la posición de una
profesión auxiliar devaluada en muchas ocasiones mediante la invisibilidad y la poca
importancia otorgada a las prácticas de cuidado y al reconocimiento desde este
escenario.”
En consecuencia, el perfil enfermero ha sido en gran parte subalterno y acrítico,
donde la formación se ha centrado en la adquisición de habilidades técnicas y prácticas.
El ejercicio desde un rol sumiso se legitima a través de las tradiciones y los universos
simbólicos que, en el caso de la enfermería, se asocian a la abnegación, sumisión y a dar
todo por el prójimo.